El cine como libertad – Rabat y Tánger

Cuando viajo me gusta mucho acercarme a los cines, ver qué ambiente hay alrededor de una sala, si hay público joven o hay algún grupo de mujeres jubiladas que van cada miércoles a la gran pantalla. Para mí siempre han sido sitios muy especiales y no solamente porque dentro de las salas podemos ver películas preciosas, si no, porque a veces son refugios para gente que quiere cambiar el mundo. 

En septiembre estuve unos días en Marruecos, exactamente en Rabat y Tánger. Las dos ciudades son muy diferentes, pero en ellas vi un paralelismo en las salas que visité. En las dos ciudades encontré lugares en las que se juntaba gente joven y eran mucho más que un sitio en el que poder ir a ver los últimos estrenos de la cartelera. 

En Rabat encontré el Renaissance, gracias a la recomendación de una amiga que vive ahí. Este cine está en la calle principal de la ciudad y por fuera se pueden ver los carteles de las películas. La oferta era bastante comercial, pero al entrar el ambiente era muy especial. En el segundo piso del cine se encuentra una cafetería muy grande en la que la mayoría de gente joven se encuentra para tomar algo, comer y charlar. En un lateral de la cafetería se encuentra una pequeña tienda en la que se venden trabajos de artistas locales. Los proyectores antiguos adornan el espacio y el ambiente que se respira es de gente que quiere encontrarse y compartir sus inquietudes. Mi amiga que vive en Rabat me dijo que hay pocos sitios culturales en la ciudad y este cine es mucho más que cine, también es un sitio en el que se dan clases de danza, hay charlas y se habla sobre cultura en general. Según mi amiga, mucha gente en Rabat se centra en ir a la mezquita, pero hay mucha gente joven que no es tan religiosa y que gracias a sitios como el Renaissance, pueden tener un ocio alternativo a la religión y a la tradición.  

Tánger es una ciudad mucho más abierta que Rabat y cuando caminas por sus calles se nota la tradición de ciudad internacional que tuvo durante el siglo XX. La cercanía con España mediante el estrecho de Gibraltar y el ferry que te lleva a Algeciras hace que se encuentre mucho turista español que quieren comprar cosas en el zoco que son más baratas en Marruecos que en España. En la entrada a la ciudad antigua de Tanger se encuentra la Cineteca de Tánger llamado Cinema Rif. Al verlo, lo que más destaca es la especial fachada llena de color y las letras que hay en ella.

Al entrar, me encontré con una gran cafetería que tenía un uso muy parecido al cine de Rabat. La gente se juntaba para jugar, leer, usar el WIFI, comer o simplemente estar un rato a gusto con sus amigos. Lo que más me llamó la atención de este lugar fue que era la primera vez que veía a mujeres fumar tabaco. En un país en el que fumar está bastante normalizado, en las calles no vi a mujeres que lo hacían, en cambio la cafetería del cine Rif estaba abarrotado de ellas. Está claro que es un espacio de libertad para las mujeres y la gente joven. La programación era mucho más especializado en cine de autor y películas que habían pasado por festivales. La importancia de este cine es para todo el mundo, para locales porque es un espacio en el que juntarse y para los turistas es un refugio entre las calles llenas de gente que quieren ir al zoco a conseguir cosas más baratas que en su país.

Tánger tuvo muchas salas durante la época internacional. En cada una se proyectaban películas en diferentes idiomas y aunque algunos ya han cerrado, otros conservan su fachada y siguen funcionando como el Cine Alcazar que se encuentra en la zona amurallada de la ciudad.  Me hubiera gustado seguir investigando sobre las salas que hay en Tánger, comparar la programación y vivir los diferentes ambientes, pero estuve dos días en la ciudad y había muchas cosas para ver. Lo que me quedó claro tras el viaje es que los cines pueden ser mucho más que un espacio donde ver películas, sobre todo si se habilita un espacio de encuentro como puede ser una cafetería en el que el té verde o los refrescos acompañan a una buena conversación como la que pude encontrar en el breve viaje en el norte de Marruecos. 

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.