Tengo que decir que llevaba mucho tiempo queriendo acercarme con calma al festival LesGaiCineMad de Madrid. Este festival lleva 29 ediciones proyectando cine queer en la capital y desde que estoy viviendo en Madrid siempre me han coincidido mal las fechas para acudir. Este año en cambio, he decidido priorizar mi agenda en la mayoría de lo posible para poder acudir a varios pases y tengo que decir que estoy llevándome unas gratas sorpresas.
El festival comenzó el 13 de noviembre y desde entonces he podido ver películas como la tailandesa «Solid by the seashore» que me emocionó con su metáfora sobre el amor y los muros que se imponen en la sociedad ante las relaciones del colectivo LGTBIQ+. También he podido ver «Por donde pasa el silencio» de Sandra Romero que también estuvo presente en el Festival de Cine de San Sebastián en la sección New Directos. La película belga «Young Hearts» me ha hecho reir y también llorar con la historia juvenil de despertar del deseo y construcción de la identidad.

Entre todas estas películas tan variadas, he descubierto una pequeña joya que ha venido desde Colombia llamada «Alma del desierto». El documental de Mónica Taboada-Tapia nos cuenta la historia de Georgina Epiayu, una mujer trans que lucha por conseguir su cédula de identidad. Por si no fuera poca la complicación de ser trans, tiene que añadirle la complicación de ser una mujer indígena de la Guajira colombiana, en la que el acceso al registro está a kilómetros de su vivienda y el acceso a conseguir hablar en su propio idioma en el registro complica todo. La complejidad en la burocracia se multiplica en esa región y muchas de sus vecinas y amigas no tienen cédula de identidad. Georgina quiere conseguirla, porque quiere votar en las elecciones.

Su camino por la burocracia es más complicado que las largas caminatas que da por el inhóspito desierto de la Guajira. Georgina acude a Uribia a realizar todo el papeleo, pero ella quiere alcanzar a ver el mar, a pesar de que esté a kilómetros de distancia. El camino que hace Georgina muestra la complejidad de un proceso que para algunos de sus vecinos es casi insignificante, ya que viven tranquilos sin la cédula, pero para ella es importante ya que supone ponerle nombre y hacer oficial una identidad que se le ha negado durante años. La película estuvo en el Festival de Venecia en el programa Giornate degli Autori, donde ganó el Queer Lion a la mejor película de temática y cultura LGTBIQ+. El festival está llegando a su fase final, pero todavía quedan películas muy interesantes a descubrir. Si tienes la opción de acercarte a cualquiera de los pases, seguro que encuentras un cine muy especial.