Cuando pensamos en el cine de Paolo Sorrentino, sin duda alguna pensamos en una fotografía excepcional y que vamos a ver cualquier parte de Italia de una manera que será difícil que olvidemos. Amo el cine de Sorrentino y no tuve ni media duda de ir a la proyección de «Parthenope» en el Festival de Cine de San Sebastián para poder disfrutar de la elegancia que prometía la película tras su estreno en el Festival de Cannes. Su último trabajo se centra en su querida Nápoles que también retrató en «Fue la mano de Dios». En la anterior película Sorrentino contaba su historia vital y de esa manera pudimos entender su manera de ser y su motivo para hacer el cine que hace.
En «Parthenope» el director narra la vida de una joven cuya belleza y inteligencia cautivan a quienes la rodean. Ella vive en una casa cercana a la costa y casi parece una criatura nacida en el mar. Su entorno está embelesado con su belleza, pero ella casi la ignora y se centra en los libros y en la filosofía.

La vida de Parthenope es idílica, tiene una familia que le apoya en todo lo que quiere, puede estar con los hombres que ella desea y vive una vida en Nápoles tremendamente privilegiada. A pesar de ello, hay algo que le apena, una tragedia que le marca de por vida y que hace que su juventud cambie. Las decisiones vitales de la vida de Parthenope marcan una película que no olvida las escenas exageradas a la que nos tiene acostumbrados el director napolitano. Muchas de las escena de la película podría ser en algunos momentos un anuncio de perfume que tanto vemos estos días de Navidad, pero Sorrentino aprovecha esa perfección para hacer algo más que un decorado para una fragancia.
La película se ha estrenado el 25 de diciembre en salas y es todo un regalo para el público. La película habla de lo efímera que es la juventud y busca otro tipo de belleza en el interior de la protagonista. Esa imagen que va más allá de la estética y que termina en una decadencia vital que se ve reflejada en la ciudad italiana. «Parthenope» es un reflejo de Nápoles, ya que su atractivo puede que se haya apagado, pero su esencia permanece en ella. La actriz Celeste Dalla Porta da vida a la joven Parthenope. Su trabajo como actriz es exquisito y puede convertirse en una de las musas del cine italiano actual tras su actuación.

Esta película es imprescindible para los seguidores del director italiano y creo que es una obra clave en su carrera que demuestra que es uno de los mejores narradores de la historia de su país. Sin duda alguna, recomiendo verla en pantalla grande, donde los paisajes de Nápoles y la visión del director pueden apreciarse en todo su esplendor.