Cada cual tiene sus estrategias para sobrevivir al último año de instituto, es decir, a la jungla de las aulas, los pasillos y las carreras por la popularidad. Para Greg la clave del éxito es el anonimato: pasar totalmente desapercibido por el colegio, mostrar una sutil simpatía por todas las bandas y no granjearse ningún enemigo. Vivir sin arriesgar y sin implicarse realmente con nadie.

La vía de escape de Greg es el cine: posee una ingente cultura cinematográfica y junto con Earl parodiarán películas clásicas de forma amateur. Ésta es una de las claves de la película: estar narrada por el protagonista omnisciente en clave de humor y parodia. Las risas constantes que provoca el narrador-protagonista, un anti-héroe de manual, contrarresta la gravedad de la problemática de fondo . A Rachel, una compañera del instituto, le diagnostican leucemia y Greg es obligado por su madre a hacerle compañía. A partir de este momento surge una insólita y preciosa amistad a través de bromas y las películas amateur de Greg y Earl que harán que Greg se implique emocionalmente en la relación. La forma fresca y divertida de explicar toda la trama se agradece y supone una novedad a la hora de tratar el manido tema del cáncer.

En resumen, Me and Earl and the dying girl es la conjunción de tres jóvenes poco preparados para hacerse mayores, afrontar enferdades terminales y decisiones de futuro. Es una película altamente recomendable acerca de los momentos insólitos y los motivos impresivibles en los que puede surgir la amistad.

Trailer oficial:

Mayte Cantero Sánchez @maytecantero