La segunda jornada del Dock of the Bay prometía, dos mujeres que marcaron en su genero estaban en el cartel: Janis Joplin y Nina Simone. He elegido y me he quedado con Janis Joplin y tras hacer cola para conseguir la entrada ya estaba lista para ver la historia de la mujer que revolucionó el rock y una de las pocas del club de los 27.
La historia de Janis es asombrosa. Nacida en Texas en 1943 fue de las primeras que habló de integración racial en su pueblo, cuando el Ku Klux Klan tenía bastante presencia. Ella era la chica rara de su pueblo y eso le hizo mudarse a San Francisco. Allí desarrolló su carrera musical iniciada en Texas y también conoció a mucha gente que la hicieron sentirse bien. Tuvo sus altibajos en su primera etapa en San Francisco y tras una dura experiencia con las drogas volvió a casa.
Después de varios meses en casa San Francisco era su destino y ahí fue. Conoció a más gente que le hicieron tocar en diferentes lugares y Janis empezó a crear sus canciones. El escenario era su mayor alegría, eso era lo que la llenaba, pero al bajar de él comenzaba la tristeza y el anhelo.
El documental narra su historia con varios testimonios de familiares y amigos. En algunos casos resulta un poco desordenado y hace dudar en fechas y bandas en las que estuvo Janis. Creo que la directora no acierta en el final, ya que al llegar la muerte de Janis todo queda frío. No se muestran los homenajes que se pudieron hacer ni se comenta la fiesta de despedida que se hizo en California.
La película tiene una gran historia por detrás y eso es lo que la hace tan interesante, pero el montaje resulta un poco pobre y desordenado.