Ya ha llegado a los cines la película ganadora en Cannes este 2024 y que nos enloqueció a parte de la crítica que la vimos en el Festival de Cine de San Sebastián. «Anora» de Sean Beaker narra la historia de una bailarina de un club nocturno que conoce a un hijo de un multimillonario ruso. La relación entre ellos comienza como algo laboral, pero Anora empieza a ver a este chico fuera del club y la relación entre ellos avanza a una historia loca de amor juvenil nada convencional.
Sean Baker es experto en retratar la vida marginal de EEUU y tras sus trabajos «Florida Project» y «Red Rocket», Baker nos trae el anticuento de hadas de la mano de «Anora». La historia de amor entre Anora e Ivan comienza como un juego sexual entre los dos. Ivan le paga a Anora por bailar y tener relaciones sexuales en su casa. Ella se siente querida por él y para él ella es un capricho que puede pagar con el dinero de sus padres. Anora nació en EEUU, aunque su abuela era rusa y la pareja habla a veces en ruso por ello. La diferencia de clases es constante entre ellos y se ve la diferencia de migración de la familia de Ivan y la de Anora. La familia de Ivan tiene una mansión en EEUU para ir de vez en cuando, en cambio la familia de Anora es de clase trabajadora y no han podido tener grandes lujos.

La pareja se vuelve loca por el fervor del sexo, el amor y el dinero de Ivan. La fiesta es constante en esta pareja y cuando Ivan percibe algo de tristeza anima todo con alcohol y otro tipo de drogas. Anora cree que ha alcanzado el sueño americano, estar con una persona rica y poder casarse con ella. El sueño americano siempre ha sido mejorar las condiciones sociales de las personas que llegan al país, pero actualmente se enfoca cada vez más a ser rico a toda costa. Anora solamente piensa en el dinero y en el disfrute que está teniendo al estar al lado de Ivan.

Baker muestra la diferencia de clases en casi cada escena. No solo la de la pareja, si no también la de la gente que trabaja para Ivan. La película muestra la locura que crea el dinero y el destrozo que causan en casi cada acto que realizan. Ivan tira cosas al suelo sin importarle quién lo va a recoger, tira alcohol sin preocuparle nada y destroza varias cosas de la casa sin miramientos. Es el reflejo de los ricos que destrozan, mientras la clase trabajadora limpia y arregla.
En esa locura llena de excesos que vive Anora, parece que en algún momento está consiguiendo el poder en la relación. Algo que se quedará en su cuento de hadas particular, pero me gusta la evolución del personaje en ese sentido. Ella cree que Ivan la querrá para toda la vida y cree que ha resuelto su vida para siempre. La actriz Mikey Madison encarna a Anora, actriz que hemos visto en la serie que tanto me gusta «Better Things». Madison hace un trabajo increíble en la película y creo que es una de las claves de la cinta de Baker. Anora intenta aferrarse a ese cambio de clase que ha conseguido por estar al lado de Ivan y lo pelea durante toda la película.

La película ha causado mucho revuelo, sobre todo porque la cinta fue la ganadora de la Palma de Oro en Cannes y porque está contando una historia que podemos relacionar con «Pretty Woman» salvando las distancias. La película protagonizada por Julia Roberts daba un cambio real para la protagonista y en la película de Baker, Anora no tiene tanta suerte. El director estadounidense ha querido contar esta historia mostrando los sueños de las personas que quieren cambiar de estatus social de una manera rápida y dejando claro que las historias como las de «Pretty Woman» solo son para la ficción y a veces tampoco encuentran su espacio en la gran pantalla. Baker ha conseguido que su cine llegue a un gran público gracias al premio del festival francés. Espero que eso pueda conseguir que la gente revise sus anteriores trabajos, sobre todo «Florida Project», película que me fascinó en su momento y que junto con «Anora», os recomiendo ver.