Un par de años alejada de Bilbao te hace dar cuenta de todas las buenas cosas que tiene esa ciudad. Una de ellas es el Festival Internacional de Cine gay-lesbo-trans Zinegoak. En este festival todos los años hay una gran variedad de películas, documentales y cortometrajes. Desgraciadamente no he podido acercarme al Botxo, pero el Festival ha cogido sus piernas y se ha acercado a Donostia en dos jornadas celebradas en el Teatro Principal. El martes 19 proyectaron varios cortometrajes y el jueves proyectaron un documental que me dejo la piel de gallina.
«Call me Kuchu» cuenta como se vive el movimiento LGTB en Uganda. La situación en dicho pais africano es muy duro para este movimiento. La ley ugandesa criminaliza ser gay y ahora mismo quieren aprobar una ley anti-homosexual por la cual se podrá detener, encarcelar y matar a toda persona homosexual. Podría decirse que la sociedad ugandesa es muy homofoba, el rumor de que los homosexuales están reclutando jóvenes está muy extendido en dicha sociedad y creen que ellos son los culpables de que el SIDA esté en el pais. Estos rumores y odio están potenciados por la iglesia local. Hay que tener en cuenta que Uganda es muy religiosa y que la iglesia influye mucho en la sociedad. Como siempre en estos casos, el desconocimiento y la incultura condena a la minoria.
Resulta muy duro escuchar ciertas palabras que se recogen en este documental, sobre todo las del redactor del tabloide ugandés «Rolling Stone» (no tiene nada que ver con la revista americana) y que su único leitmotiv es hacer público quien es gay en Uganda. Estas publicaciones ponen en peligro la vida de la comunidad LGTB, ya que son apaleados e incluso asesinados.
Un testimonio que me impacto fue el de una mujer que desde siempre se había sentido atraída por las mujeres. Cuando era pequeña, después de que un amigo suyo la había visto con una chica le dijo que eso no era lo que había que hacer, que él le iba a enseñar lo que era lo correcto. Su amigo en ese momento la agarró y la violó. A causa de esa violación ella se quedo embarazada y perdió el poder sobre su cuerpo. Sus padres la culparon de lo que ocurrió y los medicos dictaminaron que ella era muy joven para poder parir. Cuando ella estaba embaraza de cinco meses le inyectaron un abortivo. Pasaron los años y su familia no quiere saber nada de ella por ser como es. El tabloide Rolling Stone también publicó una foto suya besandose con una cantante famosa. Después de esa publicación tuvo que esconderse de todos sus amigos, solo la comunidad LGTB la apoyaba.
Uno de los lideres del movimiento LGTB en Uganda era David Kato. Hablo en pasado ya que durante el rodaje del documental fue asesinado. Ni siquiera pudo tener un funeral tranquilo, ya que un cura de la zona se presento a oficiar la ceremonia y se puso a insultar y amenazar a todos los amigos de Kato. Dicho cura les culpo de la muerte de su amigo. En el trailer del documental podemos ver parte del funeral:
Por suerte no todos los miembros de la iglesia ugandesa es homofoba, en el documental aparece un obispo que ayuda mucho al movimiento LGTB. Dicho obispo es destituido de su cargo, después de que la iglesia tuviese conocimiento sobre sus acciones.
El asesinato de Kato tuvo una gran repercusión internacional y hoy es el día en que varios miembros de la ONU ha pedido a Uganda que no apruebe la ley anti-homosexual. La ley aun no ha salido adelante, gracias a las presiones internacionales, pero el odio y la homofobia está presente en el pais.
Al acabar el documental, los espectadores que estabamos en el Teatro Principal nos quedamos sin palabras, solo pudimos aplaudir, mirarnos y salir poco a poco del recinto. Yo me dirigí a la salida pensativa y con una sensación extraña, como si hubiese estado con ellos, en Uganda.
El documental fue premiado en el festival Zinegoak como mejor documental del certamen de este año, pero no es el único premio que ha recibido, ya que fue premiado en la Berlinale del año pasado y en otros festivales relacionados con el cine de derechos humanos.
Qué triste, de verdad… 😦 me han entrado unas ganas tremendas de ver este documental.
la historia es triste, pero real… es la triste realidad.
Recomiendo un montón el documental!!
Qué historia tan triste la de la chica, y lo peor es que hay mucha gente que vive en un infierno! Como bien has dicho, «el desconocimiento y la incultura condena a la minoría». Buen post!
muchas gracias y me alegro que te haya gustado! cuando escribí lo de la chica lo pasé muy mal…