La vida tiene momentos duros, y a veces no sabemos por donde tirar… Es lo que le pasa a Marco, un hombre que después de perder todo en la vida busca en la Patagonia su lugar de reencuentro. Busca a su hija e intenta pescar tiburones en la costa patagónica. Ardua tarea la de pescar el tiburón y más difícil aún la de buscar a su hija.
En la Patagonia no pasa el tiempo, si no se hace hoy se hará mañana. Esa sensación de tranquilidad se refleja perfectamente en este último trabajo de Carlos Sorín. El director argentino presentó esta película en el Festival de Cine de San Sebastián en la Sección Oficial y se ha estrenado esta semana en los cines españoles. La película no se llevo ningún premio, pero la historia merece la mirada tranquila del espectador en la butaca.
Marco solo quiere encontrar a su hija y saber que ella es feliz, nada más. Es una película hecha con cariño hacía la familia y la Patagonia. Los paisajes toman pleno protagonismo en la historia, casi hablan. Los silencios dicen más que las palabras, eso nos dijo Sorín en el la rueda de prensa en el Festival de cine: «Lo que no se dice es más importante que lo que se dice. Un silencio, una mirada, crean ambigüedad en la película y eso da la posibilidad de interpretar al espectador»
El film esta lleno de sorpresas que se encontraron durante el rodaje, personajes curiosos de la Patagonia y Argentina. Una maravilla saber que lo rodado no fue planeado, sino improvisado. Días de Pesca en Patagonia no es una película más, es la tranquilidad hecha película.