La última película del director Steven Sodenberg nos hace reflexionar sobre los efectos secundarios que pueden tener los medicamentos, sobretodo los antidepresivos. En la sociedad estadounidense todo el mundo toma antidepresivos, banqueros, ejecutivos, hombres de empresa e incluso los psicólogos.
Pero la película no solo trata el tema de los medicamentos, va más allá en su desarrollo. La protagonista es una chica llamada Emily (Rooney Mara) que cae en depresión después de que su marido Martin (Channing Tatum) sale de la carcel. Es tratada por el Doctor Banks (Jude Law) y le receta todo tipo de ansiolíticos, aunque ninguno le hace gran efecto.
El Dr Banks no sabe que hacer y habla con la anterior psiquiatra que trato a Emily, la Doctora Siebert (Catherine Zeta-Jones). El trabajo de Jude Law en la película es genial, entra en la historia de manera gradual y se va involucrando con Emily hasta volverse casi loco. La historia toma fuerza cuando Emily mata a su marido bajo los efectos del último medicamento que esta tomando.
El Doctor Banks recetó el último medicamento después de la recomendación de la Doctora Siebert. Me encantó el papel de Catherine Zeta-Jones, sobre todo por su sorpresa del final que no quiero desvelar. El giro que da la historia con su personaje es brillante, aunque puede parecer un poco abrupto, ya que es bastante inesperado.
La película te mantiene en tensión y con ganas de saber lo que va a pasar en el siguiente fotograma. Al salir del cine mi mente no dejaba de pensar en lo que acababa de ver, me creó una sensación extraña que ahora al recordar la película me vuelve. Creo que Sodenberg ha creado en ‘Side effects’ un viaje por la mente que finalmente acaba en la realidad más avariciosa.