La semana pasada fallé a nuestro encuentro semanal en este rincón tan preciado, antes de hablar sobre la película quiero escusarme. La semana pasada fue extraña, tal vez influenciada por el clima estaba arisca, apatica y no tenía mucha gana de sentarme delante del ordenador a escribir sobre una película. Pero ya ha salido el sol y ¡el post semanal vuelve!
Esta semana quiero hablar de una película que se proyectó ayer en el Cineclub Fas y que pude ver en el último Festival de Cine de San Sebastian. ‘El muerto y ser feliz’ es la película que ha facilitado a José Sacristan su primer premio Goya. Resulta curioso que el actor madrileño no haya ganado antes un Goya teniendo en cuenta su larga trayectoria cinematográfica.
Esta película tiene sus amantes y sus enemigos, yo sufrí una pequeña bipolaridad mientras que la vi. Recuerdo perfectamente como en los primeros 10 minutos empecé a odiarla con todas mis ganas, pero mientras avanza la historia coges cariño al odiado y amado Santos. El motivo del odio inicial es esa voz en off que acompaña toda la película, a la cual te acabas acostumbrando, pero que al principio resulta insufrible.
Santos es una fábrica de tumores, tiene tres y es un asesino que no mata. Su vida no va a ser más larga, consigue la morfina que necesita y se encamina en un viaje sin sentido por Argentina. En ese camino conoce a una mujer e intentará olvidarse del dolor, aunque la morfina será necesaria para él.
La película nos lleva por las viejas carreteras argentinas, por hoteles que nadie frecuenta debido a la autopista. Resulta curioso que ese sea el destino de una persona moribunda.
La película nos plantea una pregunta, ¿qué harías tú si estuvieras a punto de morir? ¿Qué actitud hay que tener ante la muerte? La respuesta de Santos es extraña y eso es lo que nos quiere mostrar Javier Rebollo con esta película.
Si aún tenéis dudas en ver la película os dejo el trailer para que opinéis por vosotros mismos. Yo os la recomiendo.