No estoy exagerando, Tony Soprano consiguió meterse en mi cama sin yo casi darme cuenta. Un día un amigo me recomendó que empezará a ver la serie «Los Soprano» y a las semanas Tony ya había pasado unas cuantas horas al lado mio mostrandome su vida, sus miedos, sus frases y sus asesinatos.
Siempre fue muy respetuoso conmigo, yo estaba enganchada a su vida, pasaba horas seguidas viendo sus historias, sus consultas con la psiquiatra y sus problemas económicos Nunca me toco, pero yo estaba dentro de su mente, a veces pensaba que vivía con él…
Para él fueron años los que duró su historia, para mi fueron unos meses intensos en los que quería saber más sobre lo que le pasaba a él y a todo su entorno. Yo todavía no había comenzado mi entrada en el mundo de las series norteamericanas y esta fue una de las primeras que empecé a verlas por internet. Creo que fue una manera muy buena de comenzar, con algo simplemente sublime. Tras seis temporadas de trece capítulos cada uno y los extras que añadieron en la última llegó el último capítulo, el final que todos esperábamos y que no queríamos.
El final me trajo un vacío existencial durante unos días, ir a dormir ya no tenía sentido si no iba a ver un capítulo de ‘Los Soprano’, no sabía que ver… Por otro lado no quería creerme el final, Tony Soprano podía haber muerto… Esta vez si que ha muerto, ha muerto James Gandolfini en Italia, mientras estaba de vacaciones en Sicilia. Ahora sí tengo que asimilar que Tony Soprano ha muerto, ahora le digo adios para siempre.