Hoy quiero hablar sobre una película que me marcó mucho la primera vez que la vi, ya que puse en duda el sentido de la vida por primera vez. Ni siquiera recuerdo cuando fue la primera vez que la vi, pero es la película que me inició a la cinefília y el pensamiento.
Me acerco al ‘Show de Truman’, película en la que vemos como podría ser la tele-realidad en la versión más exagerada. Una persona que desde que nace su vida es grabada sin el saberlo, todo gira a su alrededor, pero él no lo sabe… Todo ocurre en un tranquilo barrio plató, donde todo transcurre igual a cada hora, convirtiendo todo en un bucle.
¿Que pasa en este vecindario? Todos están pendientes a lo que hace Truman, cuando se va descansan. ¿Pero como conseguir que una persona no quiera salir? La clave es en crearle miedo a volar y navegar y que viva en una isla. Pero su mente no puede soportar esa rutina, esa sensación de asfixia. Se mira en el espejo y el resto del mundo lo ve.
Sigue investigando, hasta que un día intenta huir, coge un barco, sale a navegar después de todos los problemas que le ponen en el trafico… La huida, esa huida de la vida hacía delante. Con que se encuentra Truman? Pues con una pared, unas escaleras…
Su vida pierde el sentido, la escena en el que sube las escaleras nos estremece a todos y nos emociona. Todo el mundo en la tele lo mira, no sabe que va a ocurrir…
Es una película esencial, el motivo de traerla hoy aquí es que recientemente he tenido varias conversaciones sobre ella y quería darle el espacio que se merece…