Hacía mucho tiempo que no pasaba por uno de mis cines favoritos de Donostia, pero ayer estuve el cine Trueba viendo una película que me enganchó como hacía tiempo. Fui a verla ya que había leído que estaba muy bien, pero no quería saber de que iba. No es frecuente ir al cine a ciegas y tal vez por eso, me he llevado una grata sorpresa al ver «El hombre perfecto» del director francés Yann Gozlan.
Nos encontramos ante un argumento inicial nada novedoso, un escritor que coge la historia de otro para poder escribir un libro. Esa historia hará que el protagonista cambie de vida, una vida basada en una mentira. Los problemas le llegarán años más tarde, cuando a Mathieu le pidan la segunda novela y él no puede crear una obra tan buena como la anterior. El drama se tensa cada vez más y la relación que tiene Mathieu con su novia se complica.
Todo transcurre en un paraje ideal, en casa de los padres de la novia de Mathieu en lo que podría ser la costa azul. Todo va bien, pero las presiones que tiene Mathieu en su interior van saliendo en varios sucesos. En un instante me recordó a la trama del libro «El adversario» de Emmanuel Carrère, ya que los dos personajes viven con sus mentiras que llegan al extremo.
El ritmo de la película es muy vivo y desde el principio hace que te enganches a la historia de Mathieu, entrando en sus mentiras y delitos. Una historia muy bien contada, aunque a veces resulta un poco predecible.