Varias veces he dicho en el blog que me gusta mucho Woody Allen, a pesar de varios errores en su filmografía. Desde que supe que se iba a enrolar en la aventura de realizar una serie para Amazon tenía curiosidad y miedo a la vez con lo que el director neoyorquino podría hacer. La serie se estrenó en USA el 30 de septiembre y las críticas han dicho de todo sobre ‘Crisis in Six Scenes’. Sinceramente, no es un gran trabajo de Allen, pero tampoco creo que haya que prohibirle hacer series.
La serie comienza con Allen en su papel protagonista en la peluquería hablando sobre su reciente libro y de que tiene que escribir una serie de televisión. En esa escena deja claro que él no se siente cómodo en el formato televisivo, pero que a pesar de ello se ha esforzado en hacer este trabajo.
La serie se compone de seis capítulos de unos 20-21 minutos cada uno. La historia se ve fácil, aunque a veces no falta gracia en las escenas. Podría decirse que la serie es una película larga de Allen cortada en seis trozos, en total son 2 horas de película.
Una de las sorpresas de la película es Miley Cyrus, una de las protagonistas que hace el papel de una fugitiva comunista en los Estados Unidos de los años 60. El personaje de Cyrus es el que hace tambalear la vida tranquila de la familia de Allen. La historia se centra en la problemática del personaje de Cyrus que huye de la justicia y del nada nuevo personaje de Allen que se altera con la situación y con la vida. Como ya nos tiene acostumbrado, Allen lleva el papel de una persona hipocondríaca que se inventa problemas de salud. Muchas escenas nos recuerdan a muchas que ya hemos visto en otras películas del director.
Uno de los personajes que más me ha gustado es el de la mujer del personaje de Allen. Es una psicóloga de pareja que una vez a la semana organiza un club de lectura con mujeres. Este club de lectura coge una fuerza muy importante en la serie ya que terminan leyendo libros recomendados por el personaje revolucionario de Cyrus y todas las mujeres acaban leyendo a Mao Tse Tung o Karl Marx. El club de lectura protagoniza escenas muy divertidas dónde las mujeres quieren emprender una revolución tras lo leído en los libros.
En general la serie resulta agradable de ver, pero no es una serie que sorprenda. Para los incondicionales de Allen, es un trabajo más a ver de la filmografía de Allen que quedará como anécdota en la historia. Para los que no tienen esa pasión por el director neoyorquino creo que pueden vivir sin ver esta serie.