Llevaba varios años sin estar en el Festival de Cine de DDHH de Donostia y este año he podido volver a este festival que aúna el cine con la defensa de los derechos humanos. El festival comenzó el viernes 23 pero yo he llegado el martes 27, justo a tiempo para la proyección del documental «Álbum de posguerra» que nos lleva a Sarajevo, 25 años más tarde del asedio más prolongado a una ciudad en la historia de la guerra moderna.
El documental tiene un guía perfecto para mostrar Sarajevo, Gervasio Sanchez, periodista conocido por la foto de la biblioteca tras el ataque que sufrió. A través de sus fotos sacadas durante la guerra de Bosnia, los directores Àngel Leiro y Airy Maragall junto con Gervasio Sanchez buscan a los protagonistas de esas fotos para saber cómo están tras 25 años.
Ver este documental me ha recordado al viaje que hice por los Balcanes en el año 2017. Por aquel entonces, me costaba entender todo lo que había pasado en esa región al inicio de los años 90. Hubo varias cosas que me impactaron en el viaje y la mayoría fueron en Sarajevo. Lo que más me impactó de la ciudad fue la cantidad de tumbas que se podían ver a lo largo de la calles y parques y todos los impactos de bala que había todavía en los edificios. Pero hay una cosa muy concreta de la que tengo un recuerdo bastante agrio y es de un pequeño monumento que recuerda a todos los niños que murieron en la guerra. Lo que más me conmocionó de ese monumento fue leer las fechas de nacimiento de esos niños, que no tenían mucha diferencia con la mía. Recuerdo que con los amigos que visité la región mantuvimos un momento de silencio del que luego hablamos poco, pero yo sentí una sensación de que esas personas podríamos haber sido nosotros. Mientras veía el documental me acordaba mucho de ese monumento y en un instante del documental aparece también.
Lo que más me ha gustado del documental es el enfoque que ha marcado Gervasio Sanchez. Él se quiso centrar en fotografiar a los vivos durante la guerra, mientras otros compañeros suyos sacaban fotos a las tumbas o cadáveres que había en la calle. Con algunos niños que fotografió durante la guerra él ha mantenido relación y cada vez que vuelve a Sarajevo los visita. En este viaje en cambio, ha querido buscar a personas que fotografió y no supo más de ellos. Es fascinante lo fácil que parece que los encuentra, a pesar de que ciertas personas fueron reticentes a hablar de su vivencia durante la guerra.
Muchos niños y niñas salían a la calle a pesar de que el peligro pudiera estar a la vuelta de la esquina. Es el ejemplo de las hermanas de esta foto, que salieron mientras su abuela las cuidaba ya que sus padres intentaban trabajar de lo que pudieran.
El documental muestra una ciudad sin futuro, ya que el presente sigue marcado por la guerra de hace 25 años. El estado actual de la política de Bosnia es corrupta y la violencia tiene total impunidad, como se ve con el caso de otro joven que también fotografió Sanchez y que en 2015 mataron mientras trabajaba. Es el claro ejemplo que tras una guerra, hay mucho en lo que trabajar para poder llegar a un estado de bienestar y poder cerrar las heridas creadas por el conflicto. Las reflexiones sobre periodismo y sobre conflictos que hace Gervasio Sanchez en este documental son brillantes y dignas de poder escucharse en cualquier clase de las facultades de periodismo.
El documental también se ha estrenado en Movistar + y creo que es una buena opción para la gente que no se haya podido acercar al festival de DDHH de Donostia.