El cine de Jonás Trueba me ha emocionado desde que vi «Los Ilusos». Fue la primera película que vi del director madrileño y sentí que había algo especial en su cine. Más tarde llegaron películas como «Los exiliados románticos» o «La reconquista» y ahí tuve claro que tenía una conexión especial con su trabajo. Cuando llegó «La virgen de agosto» me enamoré de esa película y no dejé de decir a todo el mundo que tenían que verla y cómo años más tarde diría el mismo Jonás en el título «Tenéis que venir a verla».
Ahora ha llegado al cine «Volveréis», sin duda alguna la mejor película que ha hecho en su trayectoria. La película no la ha escrito solo y es algo que se nota viéndola. En la escritura de guión ha contado con los actores que forman parte de dicha película: Vito Sanz e Itsaso Arana. Ambos han trabajado ya en varios films de Trueba y la relación entre ellos se nota en su trabajo. Pude ver «Volveréis» en el preestreno que organizó Golem Madrid y en la presentación se notaba la emoción de los tres de mostrar este último trabajo tan especial para ellos.

La historia se centra en una pareja que se separa. La decisión de Ale y Alex es para todo su entorno una sorpresa, sobre todo porque quieren hacer una fiesta. La idea de la fiesta surge del padre de la protagonista en la ficción, que viene de una idea de Fernando Trueba, el padre de Jonás, que siempre le había hablado de la idea de celebrar mejor las separaciones que las uniones. De hecho, el actor que encarna al padre de la protagonista, es el mismo Fernando Trueba, algo que hace más especial la película. La explicación de esta idea se repite durante toda la película, para que los invitados a la fiesta de separación entiendan porque lo hacen.

La película habla del amor imperfecto, el que se convierte en rutina y en el que la repetición se hace costumbre. La idea del «amor-repetición» de Søren Kierkegaard es clave para la película y para la ruptura de esta pareja aparentemente perfecta. Durante la película se ve esa rutina, esa confianza, esos pequeños gestos de quién prepara el café y quién se preocupa de más de las tareas de la casa conjunta.
La película mezcla la realidad y la ficción en algunos momentos. Como por ejemplo, que Itsaso Arana presentó su primera película «Las chicas están bien» y en «Volveréis» encarna el papel de una directora de cine. Hay una escena muy especial en la que Ale se acerca a visitar a un amigo actor que encarna Francesco Carril y acude al rodaje que tiene en una serie. Ese rodaje es de la serie que ha realizado Carril con Rodrigo Sorogoyen y creo que es muy bonita esa mezcla de realidad con ficción durante un rodaje de otra ficción.
La sensación que sentí al ver la película fue el recordar el cine anterior de Trueba y ver sus claros homenajes a Truffaut y Bergman. Las separaciones suelen ser tristes y en esta película si que vemos la tristeza en algún momento, pero considero que es una separación casi perfecta o tal vez imperfecta. Este trabajo de la productora Los Ilusos es muy real y eso es lo que le hace especial. Mucha gente se podrá sentir identificada en algún momento y es una oda al amor imperfecto, al que se mancha con enfados absurdos, pero que se solventa gracias a ese amor-repetición del día a día.

Itsaso Arana y Vito Sanz hacen un trabajo excelente y se nota que entre ellos hay una confianza muy buena. No es la primera vez que actúan como pareja y es algo que se nota en su trabajo. Al igual que a la pareja protagonista el amor-repetición está muy presente en el trabajo de Jonás Trueba que repite con el equipo y también con los actores. Podría decirse que Trueba tiene sus actores fetiche que se podrían denominar algo parecido a los «actores Trueba», haciendo alusión a las «chicas Almodóvar». Está claro que ese equipo funciona y gracias a esa repetición Jonás Trueba y todo su equipo ha hecho la mejor película hasta el momento.