Ayer terminó el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia con la película ‘Jackson’ como ganadora del premio de Amnistía Internacional y con la película ‘La cazadora del águila’ como ganadora del premio del público al mejor largometraje. Dos películas muy diferentes, pero las dos cuentan historias relacionadas con los derechos de las mujeres. El jurado joven ha premiado al cortometraje Watu Wote sobre la frontera entre Kenia y Somalia que cuenta una historia de terror y solidaridad entre musulmanes y cristianos. El documental estadounidense Jackson de la directora Maisie Crow nos lleva a la última clínica donde se realizan abortos en Mississippi. A pesar de que el aborto sea legal en EEUU, cada vez se ponen más limitaciones en varios estados a que este derecho pueda cumplirse. Mississippi es uno de los ejemplos y el documental nos muestra el trabajo de esta clínica y el trabajo que realizan los protestantes anti-aborto y las clínicas de prevención de aborto al que muchas mujeres van y son convencidas para que no aborten. Es un documental que muestra muy bien la hipocresía de estos grupos anti-aborto que se hacen llamar «provida», defendiendo la vida de los neonatos sin tener en cuenta el futuro y las vidas de estas madres. Vi este documental el lunes y tras el pude disfrutar de un coloquio muy interesante sobre el aborto y los derechos de las mujeres con la periodista Rosa María Calaf y con la profesora de derecho Arantza Campos.
El público del Festival ha premiado la película ‘La cazadora del águila’, una película que quieren vendernos como documental, pero que queda en evidencia su guionización y se aleja del género documental. Esta película cuenta la historia de una niña de Mongolia que vive en los montes con su familia que quiere cazar con águila igual que su padre. La comunidad no acepta que una mujer pueda hacer lo mismo que los hombres, pero a pesar de ello el padre enseña a su hija todo lo que le hace falta para ser cazadora. Una historia interesante contada en un formato muy comercial y con una voz en off fuera de lugar. La película busca emocionar a la gente con una estructura muy clásica. Sinceramente creo que la película no merece tanto y no estoy muy de acuerdo con el público general. Una de las cosas que más me gustan de este Festival es la oportunidad de poder ver cortometrajes antes de los largometrajes y además que sean premiados por el jurado joven. En este caso estoy muy de acuerdo con este jurado que ha premiado uno de los mejores cortometrajes del Festival. Watu Wote es una recreación de los hechos ocurridos en Kenia, dónde un autobús fue atacado por el grupo Al-Shabaab. Este grupo terrorista quería matar a los cristianos del vehículo y los musulmanes que estaban dentro protegieron a los cristianos tapándolos con sus ropas y no delatándolos. Un cortometraje que emociona y que hace pensar la cantidad de conflictos que crea víctimas en el mundo y de los que no tenemos constancia ni noticias.
Ayer el Festival terminó premiando a Deepa Mehta que presentó ‘Anatomy of violence’, una recreación de los hechos anteriores y posteriores de una violación y posterior muerte de una joven India que fue agredida en un autobús por varios hombres. La película nos muestra de manera muy incomoda como eran estos agresores y cómo llegaron a realizar esta terrible agresión.
Un año más el Festival de Derechos Humanos ha traído películas muy interesantes, que han profundizado en temas cercanos y lejanos. Aunque no han sido premiadas, quiero recordar que mis películas favoritas han sido ‘La mano invisible’ y ‘Tempestad’. Otra vez más, quedo a la espera de más hasta el año que viene.