No es la primera vez que escribo sobre ‘Grace and Frankie’ en el blog. Esta serie ha ido poco a poco cogiendo importancia en mi agenda seriéfila y tras la cuarta temporada quiero escribir sobre esta serie que ha hecho enfadarme con el final de temporada. El enfado es justificado y creo que los creadores son conscientes de que muchos espectadores nos vamos a enfadar con el rumbo que coge las vidas de Grace y Frankie, pero antes de todo, vamos a hablar de la evolución de esta serie.
La última vez que escribí sobre esta serie aquí fue tras la segunda temporada y no comenté la tercera temporada. En esa temporada Grace y Frankie siguen adelante con su negocio de vibradores para personas mayores y consiguen montar un imperio. La tercera temporada fue buena, pero esta cuarta hace cuestionarse muchos prejuicios que tenemos de las personas mayores, sobre todo en las mujeres. La temporada comienza con Frankie en Santa Fe, donde vive con su actual pareja. Esto hace que Grace tenga una nueva compañera de piso, que interpreta la conocida actriz Lisa Kudrow. Frankie sospecha de esta mujer ya que piensa que no es de fiar, pero poco a poco se hacen amigas y se ayudan entre ellas. El papel de Kudrow desaparece pronto y el foco de la serie vuelve a Grace, Frankie y su particular familia.
El nacimiento del nieto de Frankie y Sol coge un protagonismo importante que hace que toda la familia esté revolucionada con ello. Frankie no quiere perderse el nacimiento de su nieto y decide abandonar Santa Fe durante una temporada para estar cerca de su familia. La vuelta de Frankie hace que todo vuelva a lo que era antes, pero el entorno de Grace y Frankie cambia. Una de sus amigas vive en una zona residencial para personas mayores y a Grace no le gusta el trato que le dan a su amiga. Grace y Frankie viven sus aventuras habituales, aunque para sus hijos empiezan a ser más graves, ya que Frankie está muerta administrativamente y ha tenido un pequeño percance con su nieto. Grace en cambio, sufre más por su rodilla y ha sido timada por un fontanero.
Mientras Grace y Frankie tienen que asumir nuevos retos que hacen que sus hijos pierdan confianza en ellas, Sol y Robert nos muestran una crisis de pareja que parece que pueden solucionar teniendo cerca a un hombre joven que les atrae y hace que los problemas entre ellos desaparezcan. Aquí es dónde viene mi enfado, ya que mientras los hombres disfrutan de su vida sexual, Grace y Frankie son anuladas por sus hijos. Los hijos las convencen por separado para que acudan a la misma zona residencial en la que vive su amiga. Grace lo acepta ya que sus hijos la han convencido de que Frankie lo necesita y Frankie lo acepta ya que sus hijos también la han convencido de que Grace lo necesita. De esta manera, Grace y Frankie son engañadas por sus hijos y esto hace que vayan a esta residencia en la que las dos abandonan su vida sexual, sus pasiones y su negocio de vibradores para mujeres con problemas en las manos.
La serie nos muestra la cara más amarga de la edad y como la sociedad anula a las mujeres a partir de cierta edad. A mi el final de la temporada me ha hecho enfadarme con los hijos de Grace y Frankie, pero sin duda con lo que me tengo que enfadar es con la sociedad que marca que las mujeres a partir de cierta edad ya no tienen derecho a nada. Creo que la serie deja este final para reflexionar, ya que Grace y Frankie todavía tienen mucho por lo que vivir y muchas aventuras que contar. Espero que la próxima temporada llegue con una venganza por este engaño.