Ander Iriarte: «Hasta que no asumamos que nuestra sociedad ha sido torturadora, no podremos hablar de los «Nevenka» de la tortura»- Indarkeriaren Oi(h)artzunak

Hay una sección en el Festival de Cine de San Sebastián que me parece clave para mostrar el trabajo que se hace en Euskal Herria y en euskera, que es la sección Zinemira. En esta sección podemos encontrar trabajos muy variados y este año he visto «Erreplika» de Pello Gutierrez e «Indarkeriaren Oi(h)artzunak» de Ander Iriarte y Amaia Merino. Las dos cintas son documentales y el trabajo de Iriarte y Merino ya se había estrenado en Donostia en el Festival de Cine y DDHH.

La película narra la historia de Tamara Muruetagoiena, que perdió a su padre cuando ella tenía 4 años. El fallecimiento ocurrió después de que lo tuvieran detenido y haber sufrido torturas a manos de la policía. Antes de que eso pasara, Tamara y su madre estuvieron secuestradas en su propia casa por ETA y su padre tuvo que atender a una persona herida de ETA por obligación. El documental se narra desde una única voz, la de Tamara, que cuenta su historia de una manera ordenada, clara y muy emotiva.

Los directores de este documental son Ander Iriarte, director que ha realizado trabajos como «Echeverriatik Etxeberriara» o «Carpetas Azules» y Amaia Merino directora de trabajos como «Asier eta biok» o «Non dago Mikel?». Ambos directores se han juntado para contar esta historia, ya que se podría decir que sus trabajos tienen mucha relación en temática y en estilo. Ambos están contando la violencia sufrida en Euskal Herria en los años que estaba ETA activa por parte del estado. Sus trabajos anteriores son muy buenos y recomiendo mucho verlos, están disponibles en plataformas como Filmin o Primeran.

Tras ver, «Indarkeriaren Oi(h)artzunak» me quedé en el breve coloquio que se hizo tras la proyección. Al ser tan breve, quise saber más sobre esta historia y el trabajo de estos dos directores. He tenido la oportunidad de entrevistarlos durante el Festival de Cine de San Sebastián, donde tuvimos una conversación muy interesante sobre el cine vasco, el silencio alrededor de la tortura y sus futuros trabajos.

¿Cómo llegastéis a Tamara ?

Ander Iriarte: Tamara llegó a nosotros gracias a Pitu, el otro director de «Non dago Mikel?» tras el pase de la misma película. En ese momento Amaia y yo estábamos montando «Carpetas azules» y nos dijo que Tamara se había puesto en contacto con él y que quería lo mismo que se había conseguido con «Non dago Mikel?». Yo tenía una espina clavada con Tamara desde «Echeverriatik Etxeberriara». Yo soy de Oiartzun como Tamara y sentía que si nos hacía esa petición yo no me sentía con derecho a rechazarla. Sentía que tenía un peso con ella , pero es verdad que estaba bastante agobiado. Estaba terminando «Carpetas azules» y en ese momento no supe qué hacer. Amaia y yo estábamos en fase de enamoramiento profesional, empezando a trabajar muy a gusto juntos y le dije si quería codirigir conmigo y dijo que sí.

¿Por qué en esta historia solo participa Tamara y no participa la madre o alguien más de su entorno?

Amaia Merino: Fundamentalmente porque Tamara es absolutamente expresiva, muy verdadera cuando cuenta, se expresa muy bien en castellano y tiene una mirada que ya te atrapa directamente y viajas con ella a su historia.

Ander Iriarte: Veníamos de un trabajo de investigación muy fuerte, Amaia había investigado muchísimo el material de archivo, yo había investigado mucho el tema de la tortura. Nuestro camino es la justicia, verdad y reparación y en el final de nuestro camino, nos quedaba la reparación. Quién necesita la reparación son las víctimas y los supervivientes de la tortura. Tamara cuando nos contaba su testimonio, llegaba un punto en el que la verdad no era algo tan importante, es importante que se sepa qué esto ha sucedido, pero lo importante era que a ella se le reconociera ese dolor. Entonces no hacía falta nadie más en ese aspecto. Estuvimos enamorados escuchándole 5 horas y dijimos «es ella», ella es capaz de aguantar la cámara una hora .

Amaia Merino : Es que nos dimos cuenta también que no solamente era que ella contaba bien lo que había sucedido, si no que la película estaba en el recorrido que ella ha hecho. Irse dando cuenta con las cosas de la vida que hablar era bueno para ella y era bueno para los demás. Ella tenía que seguir ese camino de reconocimiento, justicia y reparación, porque le era absolutamente imprescindible en su vida. Y que la película era eso también. Era Tamara, un ejemplo de una persona que ha seguido ese recorrido.

Yo os preguntaba más por la madre

Ander Iriarte: Podríamos haber elegido a la madre de Tamara, que es otro personajazo. Podríamos hacer 5 películas de la madre de Tamara. Creíamos que la multiplicidad de voces llenaban de una necesidad de contar la verdad desde varios puntos de vista y en este caso una voz única nos ayudaba al hecho de tener que sentir empatía hacia esta persona. Lo único que hacer una única entrevista a una persona tiene varios problemas, entre ellos cómo lo rellenas. Y entonces jugamos con la idea de que no se trata tanto de demostrar que esto ha sucedido, no hace falta ni periódicos originales ni fotos originales ni archivos. Lo que hace falta es alguien que sea capaz de evocar a nivel de imagen esos recuerdos. Y ahí es cuando encontramos a Adur Larrea que por el tipo de animación que tiene y Paula Olaz por el tipo de música que tiene nos puede llevar a la mente de Tamara. Ella habla de un tema que está asociado a un tipo de estética y a un tipo de persona y forma de hablar y Tamara rompe con eso. Hay mucha gente que nos ha dicho, «estaba esperando cuando patinaba por un lado y no lo hace».

Amaia Merino: Tamara es incatalogable.

La película la estrenasteis en el Festival de Cine de DDHH de Donostia, desde entonces a ahora, ¿cuál es el recorrido que ha tenido la película y cuál va a poder tener?

Amaia Merino: De momento estamos avanzando muy bien en los festivales a nivel estatal. La película está despertando mucho interés. Se están atreviendo porque también hay que atreverse a sostener que en tu programación hay una película así. Yo creo que es tan poliédrico lo que le pasó a Tamara que se hace de alguna manera algo más fácil programarla en el festival. Está recorriendo un camino muy interesante, internacionalmente va a otro ritmo pero ahí va.

Ander Iriarte: Siempre existe la idea de ir a los festivales grandes, pero igual esta película ahí no encaja. Estamos convencidos que al igual que lo han hecho otros trabajos nuestros en la red de Human Rights Film Network seguramente empezará a funcionar muy bien. A nivel estatal estamos muy sorprendidos. Aún no podemos decir mucho, pero sí que hay festivales de renombre estatal que la van a programar y estamos muy contentos. Creo que la dulzura que tiene Tamara, contrasta con los anteriores trabajos que hemos hecho y que va a ayudar mucho a llegar a esa gente que a veces ha costado más.

¿Por qué creéis que cuesta tanto hablar de tortura?

Ander Iriarte: Ahora estamos con el caso Nevenka y estamos con muchísimos casos de violencia de genero que salen en los medios y en cine. Durante muchos años no se ha querido hablar de violencia machista. Aquí el machismo no existía y era una cosa que pasaba cuando una persona apalizaba a alguien y lo llevaba a matar y en esos casos quizás se hablaba. Pues con la tortura está pasando lo mismo, hasta que no se reconoce una realidad, hasta que no se reconoce que aquí se ha torturado sistemáticamente va a ser muy difícil hablar de casos concretos. Hasta que no asumamos que nuestra sociedad ha sido torturadora, no podremos hablar de los «Nevenka» de la tortura. Si algo nos ha enseñado la lucha feminista en los últimos años, es que cuando alguien se atreve a desnudarse, a contar todas sus miserias, lo primero que hay que decir es «Yo si te creo» y creo que con el tema de la tortura como sociedad aún no somos capaces de decir a toda esa gente «yo si te creo» y si no somos capaces como sociedad de decir eso de manera unánime es muy difícil que las personas se atrevan a dar voz.

No es la primera vez que trabajáis juntos, ¿cómo es para vosotros trabajar con otra persona?

Amaia Merino: Para mí no es tan difícil, porque yo siempre codirijo y Ander también.

Ander Iriarte: Yo tengo una larga tradición de colaborar en la dirección. Algo que nos hace mucha gracia es que estamos trabajando en una película que estamos dirigiendo hasta tres directores juntos y cuando salimos fuera nos dicen «eso es una locura». Algo de tradición vasca tiene que ser, la tradición cooperativista o algo, cuando ves tantas obras codirigidas por varios directores vascos, como por ejemplo los Moriarti, Asier Altuna y Telmo Esnal que han trabajado mucho juntos. Algo tendrá que ver con el arraigo de la tierra.

Amaia Merino: Ambos tenemos cualidades especiales para momentos diferentes del proceso. Ander tiene mucha más visión en el rodaje que yo y yo cuando me siento en la sala de edición pues ya sé a lo que voy y lo veo y confiamos el uno en el otro en ese sentido. Nos complementamos bastante bien.

Ander Iriarte: Yo siempre digo que en una pareja el objetivo de vida tiene que ser el mismo. Lo más probable es que las formas de ser sean diferentes. De esa manera se rema en la misma dirección, pero cada uno puede remar cuando el otro no puede. Creo que a Amaia y a mí nos pasa eso, somos socios en la productora, tenemos el mismo objetivo cinematográfico, somos muy diferentes y por eso funcionamos.

¿Tenéis algún proyecto nuevo relacionado con el mismo tema y que se pueda contar?

Ander Iriarte: Estamos preparando la adaptación de la novela homónima de Ion Arretxe que se llama «Intxaurrondo, la sombra del nogal». El libro cuenta todas las miserias por dentro del cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo en Donostia. Lo estamos haciendo en ficción y con otro director, Aitor Merino, el hermano de Amaia. Podemos contar el proyecto porque tiene varias ayudas al guión y al desarrollo del Gobierno Vasco y del de Navarra. Ha sido seleccionado el proyecto también el varios laboratorios como el de Alicante y Navarra.

Amaia Merino: Tenemos alguno más, pero de esos por el momento no podemos contar mucho. Este proyecto va a ser más heavy de levantar, porque es ficción y porque el tema no es nada fácil.

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